Por primera vez en la historia de Costa Rica, un grupo de humildes pescadores vive en los beneficios del Golfo Dulce en el sur del país. Supondrá un gran cambio en la forma de pescar, con el objetivo de obtener solo consecuencias positivas mejorando su actividad pesquera; además serán los nuevos guardias del área con la principal razón de que estos errores nunca más afectarán al hábitat.
La Federación Costarricense de Pesca Turística (FECOPT) fue de gran ayuda en este proyecto. La Oficina de Cooperación Internacional del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) formalizó este proyecto y declaró al golfo como Área Marina de Pesca Responsable (AMPR), que tiene 750 km2, el más grande de Centroamérica.
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